Lega-legalización, de calidad y barato. Como dice a la canción de Ska-P. La prohibición solo encarece y baja la calidad el producto, cuando no lo adultera convirtiéndolo en veneno. Incentiva a las mafias e individuos con menos escrúpulos morales, a abastecer un mercado que siempre existirá porque siempre hubo, hay y habrá demanda.
Al igual que con el alcohol, las leyes secas únicamente benefician a los narcotraficantes. Una vez desaparece la ley seca se acabó el chiringito. Es curioso entender que son estos grupos los principales interesados en mantener la prohibición. Pero sobre todo se trata de una razón de justicia. Los amantes de la Libertad reclamamos la libertad de elegir. Naturalmente asumiendo la responsabilidad de los efectos nocivos contra la salud que tiene cualquier substancia. Como por ejemplo el azúcar.
El consumo de ciertas drogas, porque para otras no hay problema, es un supuesto delito que tiene la sorprendente cualidad de carecer de víctima. Un supuesto delito que criminaliza al consumidor y al mismo tiempo le reconoce como supuesta víctima desde el paternalismo del Gobierno. Un gobierno que se empeña en luchar una supuesta Guerra contra la droga y que al igual que los estafermos, esos muñecos de los torneos medievales, que te devolvían con más fuerza el golpe que les dabas, nos devuelve más narcotráfico, mafias y muertos.
Nosotros, los amantes de la libertad defendemos la no penalización del consumo de cualquier tipo de drogas. No confundir con la nacionalización que actualmente padecemos con drogas como el alcohol o el tabaco. Queremos ser libres de consumir sin tutelajes ni impuestos que bajo la farsa moral de defender la salud pública ataca nuestra libertad individual de consumir cualquier producto bajo nuestra responsabilidad personal.
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